29 de abril de 2009

Modelo de Bohr


El modelo atómico de Rutherford fue aceptable para la época; sin embargo, aún dejaba algunas preguntas. Por ejemplo, si los electrones giran en torno al núcleo en una determinada órbita, necesitan cierta energía para efectuar dicho movimiento. ¿De dónde sacan la energía? Hasta el momento, también se sabía que cada elemento tiene un espectro de emisión característico, que nadie era capaz de explicar.

En 1913, Niels Bohr propuso una serie de postulados que respondieron dichas preguntas, y que dieron lugar a la teoría atómica actual aceptada. El modelo atómico señalaba la existencia de un núcleo formado por protones y neutrones, donde está concentrada la masa y la carga positiva del átomo. El electrón gira en órbitas circulares alrededor del núcleo, pero con algunas restricciones, sólo puede existir una órbita posible, cuya energía se encuentra cuantizada o definida. Este modelo tuvo en su época un éxito enorme, porque explicaba el origen de las líneas de los espectros de emisión obtenidos cuando se le entrega al átomo de hidrógeno la energía necesaria para que un electrón pase a un nivel mayor de energía, pasando desde un estado basal (su nivel de origen, el nivel más bajo de energía) hasta un estado excitado. Una vez que el electrón vuelve a su estado basal, emite exactamente la cantidad de energía que absorbió en forma de un fotón (o cuanto de luz). Bohr atribuyó la emisión de luz a la transición de un electrón desde una órbita de mayor radio a otra de menor radio y de menor energía. Además, Bohr calculó las frecuencias en las que aparecían las líneas espectrales del hidrógeno y explicó las relaciones entre dichas frecuencias, que habían sido obtenidas de forma experimental.

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